Anoche me volví a sentir como un viajero pasajero. Fui a un sitio muy especial, una especie de bar clandestino planteado como un centro comunitario: la gente llevaba sus propias bebidas, que puestas a disposición de todos, eran servidas por los camareros, a los que sólo les dabas la propina que creyeras conveniente.
Los méritos artísticos del director Tim Burton son incuestionables. Uno de ellos fue retratar al aterrador Pingüino, uno de los villanos más repulsivos de todas las adaptaciones cinematográficas de cómics. El Pingüino, en un momento de la peli, le dice a Max Shreck: «No lo olvide. Sus desperdicios son mis beneficios».
Tepoztlán es el complicado topónimo de un bonito pueblo del estado de Morelos. Para rizar el rizo, también existe otro pueblo llamado Tepotzotlán. Tepoztlán. Tepotzotlán. Tepoztlán. Tepotzotlán. Tepoztlán… Fácil, ¿no?
Hoy se ha celebrado el 137 aniversario del nacimiento de Harry Houdini. Hace tiempo, más que de su nacimiento, escribí algo sobre su muerte, acaecida de forma bastante ridícula, por cierto. Para ello, visité su tumba y os lo conté aquí.
La llamada china poblana fue una esclava de la India llamada Mirnha (o Mirra), que fue traída a México en el siglo XVII por la ruta de las Indias y se integró en la sociedad de la época. Cuando fue bautizada al catolicismo, su nombre cambió a Catarina de San Juan.
Una de las visitas más recomendables de México DF es el Museo Nacional de Antropología. Situado en pleno bosque de Chapultepec (sí, un bosque dentro del DF, equivalente a la Casa de Campo de Madrid), en lo que podríamos llamar la «milla cuadrada de museos» (en homenaje a otra milla).
Pregunta: ¿qué hace que pueda considerarse que vives en una ciudad, y no que estás turisteando por ella?
La princesa que veis a la izquierda de esta foto, al pie del Ángel de la Independencia, está celebrando su cumpleaños número 15. En México, y en otros países de América, esta fecha tiene gran importancia, porque rememora una tradición que marcaba el punto de iniciación social de las niñas.
Hace muchísimos años tuve una conversación con un trotamundos en un avión. Le pregunté cuáles eran sus países preferidos para vivir. Me respondió: «aquellos de sangre caliente, como México o España». Desde entonces, he deseado conocer este país para saber a qué se refería.
Mi visita a Teotihuacan, uno de los mayores complejos arqueológicos prehispánicos, me ha provocado una reflexión. Antes de nada, echad un vistazo a esta foto. Esa es la majestuosa Pirámide de la Luna, en el extremo norte de los restos de Teotihuacan.
