En «La Noche del Oráculo», del neoyorquino Paul Auster, el protagonista, Sidney, se obsesiona con un especialísimo cuaderno rojo, único en el mundo, que le permite entrecruzar sus vivencias y sus palabras. En la historia que escribe, una experiencia cercana a la muerte lleva a su protagonista dejarlo todo y coger el primer avión con lo puesto hacia un destino indeterminado.
Sin llegar a tanto, y además de la videocámara, las fotos y el blog, yo también llevo mi propio cuaderno rojo, que está registrando otra visión más personal de este viaje. Pese a ser un cuaderno personal, las acuarelas que de vez en cuando hago en él, como os prometí, sí puedo compartirlas con vosotros.
(Zócalo de México DF, como en esta entrada)
(Fuente de Coyoacán, como en esta entrada)
(Basílica de la Virgen de Guadalupe, como en esta entrada)
(Pirámide de la Luna de Teotihuacan, como en esta entrada)
(Diorama en el Museo de Antropología, como en esta entrada)
(Exconvento dominico de Tepoztlán, que ya os lo contaré)
Siempre digo que estos dibujos lucen mucho y no requieren especial talento ni esfuerzo, ya que las acuarelas son muy agradecidas: trazo por aquí, trazo por allá, y a poco que hagas queda resultón.
8 comentarios para “El cuaderno rojo”
¡¡Cómo me gustan tus acuarelas!! Las de la fuente de Coyoacán y el zócalo de México DF son una verdadera preciosidad.
Pero te equivocas en una cosa, sí que se necesita especial talento para reflejar en el papel lo que ves y darle tanta vida.
Estaré a la espera de más acuarelas.
:)
Esperaba ansiosa ver ya tus acuarelas, y por supuesto me han encantado. No sólo tu mente es privilegiada, está claro que también tus manos.
Un beso grande en la distancia.
preciosas Oli!! gracias por compartirlas! ;) Menuda aventura. un besazo
A mí, las páginas que me gustan más son las de la pirámide. ¡Qué lástima no poder leer el parrafillo que has puesto! Este es un cuaderno de los que, después de disfrutar haciéndolo, enseñándolo y viéndolo al regreso, gusta guardar para, dentro de muchos años, volverlo a gozar junto a los nietos, ¿verdad? Salud(os), Oli.
Todavía recuerdo cuando me enseñaste tus cuadernos en tu casa. Yo he intentado en México empezar algo parecido, pero no resulta sencillo..jejeje. Ya te los enseñaré. Mientras tanto, gracias por los tuyos!
¿Y quién no se obsesiona con un cuaderno rojo? ¡Muchísimo más si está ilustrado con acuarelas! ¡Son preciosas! A mí también me encanta la de la pirámide de la Luna y cómo mola que se puedan comentar las fotos. Me alegra que sigas bien e ilusionado con ese viaje y que nos lo cuentes.
tus acuarelas son una belleza!
Para que quede resultón hace falta haber practicado mucho. Aunque le quites importancia, yo sé por experiencia que tan fácil no es.
Por cierto… Staboli lives :)
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