¡Hola a todos! Regresamos a SsV. A media hora de Managua existe un lugar de película. Se trata de la Laguna de Apoyo, justo en la boca de un volcán, a los pies de Catarina, desde cuyo mirador está hecha esta foto.

A la izquierda del lago se encuentra la ciudad de Masaya. Al fondo, de frente (se intuye en la foto), está la ciudad de Granada, y la derecha quedaría el volcán Mombacho. Sin duda, ha sido la primera vez que he visto una laguna en lo alto de un volcán. Era algo casi anacrónico, como juntar dinosaurios y robots. Sin duda, la naturaleza tiene una imaginación, y una capacidad de plasmarla en la realidad, insuperable.

De ahí, el siguiente paso lógico ha sido buscar un camino para bajar a la laguna y bañarme. Hay zonas habilitadas para ello, donde incluso puedes comer pescado en unas austeras terrazas de hoja de palma. Una vez allí, la sensación de bañarte entre olas de fogueo, con un horizonte circular, ha sido impresionante. No me estaba bañando en un lago. Lo estaba haciendo en la boca de un volcán.

Nicaragua, Nicaragüita, me está rompiendo muchos esquemas aprendidos en este viaje. Esta visión se la debo a Álvaro, el amigo que me está acogiendo en su casa. La identidad de Centroamérica es similar en prácticamente todos los países que he visitado (salvo México), pero aquí hay algo distinto. La gente es más abierta, la cooperación internacional tiene gran presencia (eso también dice mucho de la receptividad de los nicaragüenses), y, tal vez gracias al carácter catalizador social de Álvaro, con su amabilidad infinita, es muy fácil interactuar con los locales. Como siempre, las historias de las personas son lo más relevante de este viaje.

Un comentario para “Hasta el infinito y Masaya”

  • JM

    Me encanta el título del post. No podías llamarlo de otra manera…

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